lunes, 5 de septiembre de 2011

Libre


Vivir, ya he dicho:
Tener sobre las manos un fajo de papeles:
un lápiz, libros, dibujos, sueños.
Mía Gallegos

Desde entonces tuve el corazón descalzo.
Jaime Sabines

I

Yo no lo sabía.

No lo sabía,
pero me daban ganas de sembrarme,
ansias de andar y perseguir estelas,
            ésas que dejan los ojos cuando uno duerme,
            cuando sueña.

No lo sabía,
pero siempre quise salir de la jaula,
cultivar espirales luminosos,
probar los besos, las mordidas,
y desgajarme en una hoja de papel,
desnuda.

No lo sabía
pero era necesario:
el temblor de la piel cuando se abrasa,
la locura inevitable de saberse vivo,
de estarlo,
embriagarse de poesía,
hasta el cansancio, diariamente,
defender el ser rebelde,
            ofrecerse sin matices
y quitarse el antifaz;
para ser, es necesario.

No lo sabía,
pero duele,
se desgarra por dentro el punto de partida,
las orillas del nido, se desangran.

No lo sabía,
pero es la única forma de existir:
cosechando tempestades
                        que cimbren los fundamentos del tiempo;
escuchando el aleteo de las entrañas,
                        los deseos;
cazando las historias que uno escribe,
                        sin rendirse, a contrapunto;
quebrándose los huesos en cada verso,
                        hasta que el cuerpo aguante, a pesar de todo;
llevando el alma al borde:
                        bordada, violeta;
encendiendo, de una en una, las mañanas,
                        sin cortinas, sin cristal en las ventanas de la casa;
caminando, con todo y las raíces,
                        y las huellas, y los llantos, y las palabras que insisten;
mirando siempre, a los ojos, al espejo,
                        a la proyección humana que es el cuerpo frente 
                                                                                        al nuestro;
atándonos al mundo,
sin remedio, al universo;
asiéndonos a los vacíos, a los huecos,
                        al silencio terso de las tardes solitarias.

No lo sabía,
pero es la única forma de existir:
sintiendo.


II

Ésta es una niña que siempre ha sido libre. Busca selvas para decir la verdad, sin miedo. Junglas. Platanares. Cafetales. Encuentra otros niños que buscan lo mismo. Van, cantándole secretos al horizonte de sus ramas, creciendo.


III

Quiero ser libre.
Quiero ser ala y pintarle ocasos a los manantiales.
Quiero ser voz.
Quiero ser poema y ser tuyo y ser.
Quiero ser cristalina.
Quiero ser sed.
Quiero pararme frente al precipicio.
Quiero ser el vértigo antes de caer.
Quiero ser lágrima: blanca, de día.
Quiero ser y poder ser.

Soy.

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