jueves, 31 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz X

X


¿Que por qué te quiero?
Me preguntaba la luna de ayer.

Y le contesté sonriendo:

¿en serio quieres oír
por qué amo yo a ese hombre?

Insistente, asintió.
Aún sonriente, comencé:



Porque cantó el color de mis ojos
aún en contra del pensamiento
de la familia en general
dibujando risas con el humo
de su tercer Dunhill,
y después hicimos juntos un día,
así de simple,
canasta de comodines.
Dos mil puntos.

Porque dormía él, conmigo,
aún en contra de las leyes
de la física básica que le negaban la estancia.
(El lugar ocupado por un cuerpo
no puede ser ocupado por otro al mismo tiempo)
–¿Cómo es que cabías?–

Porque me llevaba a volar
sobre sus pantuflas, sintiendo a Frank,
resbalando por el piso de la sala,
dentro de la noche,
aquella Navidad.

Porque sus historias
llenan los huecos de mi alma.
Sus jaguares, sus viajes de pesca con mi padre,
la noche de los tiempos y
su “Dr. Flowers, please present
your body in room thirteen”.
(Buena imitación, Jorge)

Porque cura,
no sólo el cuerpo –tus ojos luna–,
sino también el espíritu.
Me ha curado muchas veces
mi roto corazón.
(¿Quién diría que acabaría
rompiéndolo él de nuevo?)

Porque cargó con cada una de las lágrimas
de la pequeña Dama de las Camelias,
en su pipa
y lo hizo parecer divertido al final.
(Como un conejito pardo
en la pradera. ¿Recuerdas?)

Porque siempre podré cerrar mis ojos
y escuchar el compás de su barriga,
tocar su mirada,
acariciar sus cejas
y deletrear sus huellas,
una por una
mientras suena su
cocktail for lovers.
(ambas caras de la cinta)

Porque el flores se me cuela entre las venas,
y por ahí el hintz aparece de repente,
porque amo ser de él, tan suya.
Sa petit poupe.
Je l’aime, ma chère lune.
Toujours.


Porque siempre hubo amor para mí,
en el cerro de Jesús,
siempre hubo paz para mí,
entre el gordo y las tres Marías,
y habrá aún.
Por él.
Para todos nosotros.
Para siempre.

Porque admiro su pasión inagotable,
su querido Beckenbauer;
la esperanza luminosa
susurrándole al oído
que el siguiente cachito
sería el bueno.
Por su fe y sus tríos.

Porque en cada dedo de su mano,
hay un motivo,
en cada cicatriz de su camino,
una razón.

Porque él luna,
él me ama.
A mí.

Porque…



Y callé.
Guardé el silencio.
Pero había más silencio aún.

La pobre se había quedado dormida.
(Se lo advertí)

Di la media vuelta,
y contigo,
caminé hasta la noche.


…moonlight and love songs
never out of date...

miércoles, 30 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz IX

IX


(Esto es urgente porque la eternidad se nos acaba).

Dime.
Háblalo conmigo.
Déjame entenderte.
–¿Por qué diablos debo dejarte ir (hoy)?–


…no matter what the future brings,
as time goes by…

martes, 29 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz VIII

VIII


Podría odiarte tanto.

Podría odiarte y arrancarte las ojeras,
cortarte de un jalón las ideas descabelladas,
quemarte todos los llantos
y comerme tu corazón a mordiscos enfurecidos.

Podría odiarte por marcharte,
y odiarte por quedarte,
por hablar y por callarte,
por dejarte y por dejarme.

Tanto, tanto te odiaría yo…
Te odiaría con los ojos y con los sueños,
te odiaría en las mañanas y en las noches,
conmigo y sola, sola y contigo te odiaría.

Podría odiarte siempre,
hoy y mañana y sobre todo ayer,
sobre todo ayer y hoy y mañana…

Te odiaría como te amo,
odiaría amarte y odiaría odiarte también.
Tanto, tanto te odiaría yo…

Pero me miro en tu reflejo
y veo que, ni en este mundo
ni en cualquier otro,
podría yo odiarte…

Ni arrancarte las ojeras,
ni quemarte los llantos,
ni odiarte por callarte,
ni con los ojos, ni sin ellos,
ni con luz, ni a oscuras,
no te odiaría yo
ni hoy, ni mañana y sobre todo
no podría odiarte ayer.

lunes, 28 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz VII

VII

Y a veces, te sueño.
Soñando, diciendo –como tu paisano–:

“No quiero paz, no hay paz,
quiero mi soledad.
Quiero mi corazón desnudo
para tirarlo a la calle,
quiero quedarme sordomudo.
Que nadie me visite,
que yo no mire a nadie,
y que si hay alguien, como yo, con asco,
que se lo trague.
Quiero mi soledad,
no quiero paz, no hay paz.”


Y en mi mismo sueño,
me sueño –y también prestado lo tomo–
y te contesto:

“¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado…

…Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.”

domingo, 27 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz VI

VI

¿Te dispones ya,
a hacerle compañía
a nuestro querido Sabines?

¿Quieres ya, gozar de sus versos
tan de cerca, y decírmelos,
y contármelos,
tan de lejos?


…and when two lovers woo
they still say “ I love you”…

sábado, 26 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz V

V


La ciudad de Tapachula de Córdova y Ordóñez
te vio nacer.
También nuestra Teresa.

El sonido de la marimba entró por la ventana
y despertó al bebé, que después,
no era tan bebé (ni tan despierto).

El olor del chipilín
(aún en manos de Torreón)
me levanta en las mañanas.
Cuánto sabor a ti, a tu tierra.


Con Hardy, por las mañanas
con Pedro al atardecer,
fichas, puntos de noche
(de ninguno a seis)
en medio de un eterno amanecer.

El Coatán te llevó de la mano
como un día me llevará a mí,
entre iguanas, nanches,
y el café de tus mil amores.
Con él, tus días dorados.

Y el recuerdo de tus labios
el San Cristóbal, los chamulas…
Qué largas tan noches,
qué triste canción sonaba en Agua Azul…

viernes, 25 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz IV

IV


Cuánto mar, cuánta vida
–cuánto de ti– me regalaste.
Cuánto cielo y sí, cuánto más
–cuánto de mí– compartimos.
(Cuánta arena de ese día)

Dueños de las olas,
uno con la espuma,
dos con tu marea, con la mía,
siempre, con la nuestra.

(Un día, se llevó tu sombrero)

De tu mano
fui enamorándome de él.
Siempre tan rebelde,
como nunca, tan azul.

Aún recuerdo
su horizonte pintado en tus ojos
(¿recuerdas tú, los míos en él?).
Pude acariciar cada gota de sol
cuando estuve contigo.

Y sí, finalmente, me hiciste como él.
Insaciable. Incansable.

De nuevo, como tú,
invencible.

Las olas no podrán contigo en mi memoria.
No. No serás sólo una huella en la arena de Acapulco.
Serás el estruendoso suspirar salado de mis aliadas,
serás ese sonido descalzo.
Mío.

Estás muy en él, tú siempre estarás en él
y él conmigo, y así
–gracias a Dios–,
tú, conmigo.


…the fundamental things apply
as time goes by…

jueves, 24 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz III

III


La ocho. Adentro.
Gané la partida de hoy.
(¿Ganarás tú la de mañana?
Sí…
No dejes que la muy desgraciada
te gane por default)

Fuiste tú.
Tú me enseñaste, ¿lo recuerdas?
Una batalla nunca nos fue suficiente.



…a kiss is still a kiss…


Podíamos (ojalá pudiéramos de nuevo…)
pasar horas en compañía del paño verde,
hermoso, suave, solo –con nosotros–.

Reíamos (ojalá riéramos de nuevo…)
de las bromas que nos jugaban una y otra vez
las ingeniosas buchacas, siempre atentas de ti, tan preciso,
y a veces, se quedaban así, calladas,
redondas, admirándote burlar sus artimañas.
Enfadadas, planeaban fríamente
cómo distraerte con un ángulo mal calculado,
o algo así.

Pintábamos (ojalá pintáramos de nuevo…)
historias de tiza, que creí, no tendrían final.
(No quiero estar equivocada, déjame seguir creyendo)

Y así, terminábamos las bolas y las lunas,
en una mágica carambola de tres bandas.

Es un despliegue de dulce perfección,
verte atar las estrellas en triángulos exactos
sobre esa lejana y finita mesa de billar.
Invencible.

(Te extraño tanto)

Quédate un momento más.


…a sigh is just a sigh…

miércoles, 23 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz II

II


No te vayas, por favor.
Quédate.

¿No lo ves?
¿No recuerdas lo mucho
que nos estábamos divirtiendo?

Claro que sí.
Yo sé que lo recuerdas…
(…)


…the simple facts of life are such,
they cannot be removed…

martes, 22 de marzo de 2011

Andrés Flores Hintz I

Comienza con ésta, una serie de "entregas" diarias que juntas componen la primera oda que le escribí a uno de los hombres más importantes de mi existencia entera: mi abuelo. Entera o en pedacitos, espero que la disfruten.



ANDRÉS FLORES HINTZ



This day and age we’re living in…

I


¿Sientes eso?
(…)

No.
No, ahí no.
Un poco más a mi derecha.
(…)

Justo ahí. Exacto.
¿Lo sientes?
Es pequeño, no lo niego,
pero ah, qué molesto es.

¿Tú nunca has tenido un
agujero en tu corazón?
¿No?
(…)

Seguro sí.
Si no, ¿por qué querrías irte ya?


…so we must get down to Earth at times…

lunes, 21 de marzo de 2011

sinfín


I

traigo los cabellos llenos de poesía
hoy y todos los días

se me enredan las palabras
las cepillo
me peino los versos anudados
y les pongo un moño
los muevo
los corto
los pinto


II

qué delicia sentirme deslizar
como la punta de la tiza
en el pizarrón del universo

mis brazos haciendo las patas de la e
una pirueta para escribir que el sol es de oro
guiñarle el ojo a la noche para que se deje narrar
en tres o cuatro estrofas
o en cinco


III

y es que todas las banquetas
los perros callejeros
y las miradas traviesas
entre dos desconocidos
son motivos de poema
semillitas de poesía
belleza
sinfín


jueves, 3 de marzo de 2011

Hoy

Mis pies se hunden en los charcos de palabras que quiero escribir y no puedo. Todavía.

Algunas. La melancolía me pisa la sombra.