martes, 17 de mayo de 2011

Martes por Rayón

El ulular de la sirena se tragó las campanadas de la Catedral. Mis ojos se clavaron en las ventanas del primer piso. Los proyectos florecieron de los vasos de jugo de durazno, con sus risas, con sus sillas de arcoiris lluvioso. Los pies se me mojaron en los charcos de Rayón, un martes por Rayón. Un martes. Por Rayón.

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