martes, 4 de mayo de 2010

De hombres y hombres

El cielo me mira con ojos extraños.
Me desconoce, o eso pretende.

Yo haría lo mismo.

Desconoce también a ese hombre
y a las miradas grises de aquella mujer.

¿De dónde sale tanta tristeza?
¿Dónde se guarda? ¿Dónde se acaba?

Me desgarran el alma (y la del cielo)
sus ojos negros de ayer,
sus sombras largas de hoy,
su hambre de todos los días.

¿De dónde salen tantas banquetas
que albergan sus noches?
¿Qué para ellos no hay luna?

Se corta la luz en pedacitos y se reparte.
Para ellos: penumbra.
Se me encoje la vida de sentirlos tan lejanos,
no siendo kilómetros los que hacen distancia.

¿Quién derramó tanta injusticia?
¿A quién se le salió de las manos?
Que vuelva por ella…

Mi alma se queda vacía,
también su plato y también su fe.
Todos nos quedamos perplejos.

Ya no es cuánto queda,
sino cuánto falta.

¿Quién osa quitarles tantas sonrisas?
¿Para qué las quiere?

Y veo otro hombre,
aquel de mirada indiferente,
bolsillos llenos de tristes ausencias.
Y me pregunto si el cielo lo conoce,
y lo dudo.

Y miro su cara oscura, su alma borrosa,
su corazón descompuesto.
Y me mira y él también me desconoce,
o eso pretende.

¿De dónde salen tantos hombres así?
¿A quién se le escaparon de las manos?
Sería preferible que vuelva por ellos.
No los queremos aquí.

1 comentario:

  1. Me agrada tu blog, solo que creo que la poesía se nutre de su sensilles, y siento que tu poema está demaciado cargado de elemenetos narrativos. Creo que se puede trabajar, afinar la exactitud de los versos.

    Un enorme saludo

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